Seguramaente las hayas visto ya. Pequeñas gasolineras que no se merecen el nombre de Estación de Servicio, con un par de surtidores con los combustibles más demandados y, como mucho, una máquina de vending.
Estas estaciones han proliferado gracias a la competitividad en los precios del carburante: te ofrecen un precio ligeramente más bajo que el resto, debido principalmente a la menor calidad del combustible ofertado y la ausencia de empleados en sus instalaciones.
Según Victor García, Secretario General de la Agrupación Española de Vendedores al por menor de Combustibles y Carburantes, estas gasolineras “ahorran en torno a los 150.000 euros en gastos fijos” debido a la falta de empleados que puedan atender al cliente.
Es un modelo extendido por Europa desde hace años, pero es un tipo de gasolineras contra el que nos posicionamos de manera clara: no sólo son menos seguras para el consumidor, al no haber profesionales que reposten el combustible por ti, sino que no ayudan a la economía ni al mercado laboral al no dar empleo a profesionales del sector.
En una gasolinera se suelen producir incidentes que pueden llevar a accidentes graves. Si estos incidentes no desembocan en tragedias es por la presencia de personas formadas.
¡Mejor una Estación de Servicio donde haya personas atendiéndote, que sepan lo que hacen!